La actual Navarra es el producto de una mezcla cultural que ha ido precipitando a lo largo de la historia entre verdes montañas, sofocantes desiertos o cuevas misteriosas. Cuando el visitante de Turismo Rural se acerca hasta Navarra, esa variedad y ese pasado se le acerca en forma de monumentos megalíticos en medio de praderas verdes, villas romanas rodeadas de viñedos, magníficas iglesias en entornos rurales cuidados, castillos, ciudades medievales como la nuestra Estella-Lizarra con una activa vida cultural, etc..
Pero hay muchas otras cosas que forman parte de nuestra cultura y que podrás ir descubriendo en tus escapadas de Turismo rural por Navarra. En éste post recogemos algunos de los hitos que nadie debe perderse si planifica un viaje a nuestra tierra navarra y se anima a dormir en nuestra Hostería en alguna de nuestras fórmulas.
8, pero hay muchas más …
En éste post te sugerimos las recomendaciones Top de turismo rural por Navarra, las que probablemente sean más conocidas, pero en los siguientes que irán llegando te sugeriremos lugares de Navarra muy muy recomendables aunque menos conocidos:
- La Valdorba.
- Valle de Salazar.
- Castillo de Javier.
- Uxue y San Martín de Unx.
- Viana.
- El bosque de Atikutza.
- San Miguel de Aralar.
- La Ruta del Vasco-Navarro
- Puente la Reina – Eunate
8 SUGERENCIAS PARA VIAJAR Y CONOCER NAVARRA:
1. Nuestros hayedos: Selva de Irati & La Sierra de Urbasa-Andía
Dos de los espacios naturales emblemáticos del Turismo rural de Navarra. Fantásticos para conocerlos en cualquier temporada, aunque en otoño los encontrarás espectaculares.
Irati:
Más de 17.000 hectáreas de bosque en la frontera con Francia, la masa forestal más extensa de Europa tras la Selva Negra alemana.
Las laderas de los valles de Aezkoa y Salazar están cubiertas por una bellísima y espesa capa de hayedos y abetos que los envuelve y protege como un manto.
En el corazón de Irati se encuentra el embalse de Irabia y la ermita de la Virgen de las Nieves, dos referencias inevitables para todo senderista; sin olvidarnos de la estación megalítica de Azpegui, la fábrica de armas de Orbaiceta, o la torre romana de Urkulu, que pudo ser levantada para conmemorar la incorporación de la Galia e Hispania al Imperio romano.
La Selva de Irati es uno de los bosques más hermosos, frescos e impresionantes que uno puede visitar de turismo rural por Navarra. El otro sería …
Urbasa-Andía:
Ura basa, el bosque de agua en euskera, es una sierra y Parque Natural que. en una vertiente, la norte, mira al clima cantábrico y en la otra, la sur, al clima mediterráneo. Como consecuencia de esa posición y de éste encuentro climático podemos ver el límite entre el dominio de bosques y pastos junto con la transición hacia las tierras de vid y cereal que ocupan Tierra Estella y la Zona Media de Navarra.
No obstante en Urbasa son las hayas quienes predominan en este bello espacio natural navarro en el que yeguas, vacas y ovejas lachas pastan libremente.
Urbasa ofrece rincones tan interesantes como el Nacedero del Urederra, agua bella, o agua hermosa, localizado en la vertiente sur de la Sierra, en las proximidades de la localidad de Tierra Estella de Baquedano y que constituye el drenaje más importante del acuífero de la Sierra de Urbasa. Otras surgencias a visitar son el Cañón del Río Iranzu junto al sobrio monasterio cisterciense del mismo nombre y el Nacedero del Ubagua en las inmediaciones de la localidad de Riezu.
La riqueza y diversidad, tanto de la fauna como de la flora y de paisajes que acogen Urbasa y Andía, aparecen como uno de los motivos que cimientan haber sido declaradas Parque Natural.
2. Roncesvalles
3. El Valle de Baztán
El camino más corto desde Roncesvalles al valle de Baztán, incluye un tránsito por tierras francesas. Antes de llegar a Elizondo, capital de los 15 ‘lugares’ (pueblos) que componen el Valle, hay que detenerse en Arizkun, donde se encuentra el Parque/Museo de Santxotena, un original artista de la madera que expone sus obras frente a Bozate, el último refugio de los ‘agotes’, una etnia maldita a la que se siente orgulloso de pertenecer.
Los 8.000 habitantes del valle son ‘hidalgos’ por derecho de nacimiento, privilegio concedido por el Sancho el Fuerte en el siglo XIII, tras vencer en la Batalla de las Navas de Tolosa con la inestimable ayuda de los caballeros baztaneses. El señorío de sus pueblos, las grandes casas de piedra cubiertas de flores, los famosos quesos de Idiazábal o el excelente chocolate de Elizondo son otros tantos atractivos para disfrutar de este singular valle que, no sin razón, ha sido considerado como la Suiza navarra.
4. Tierras de Iranzu
Las Tierras de Iranzu son uno de los enclaves más sorprendentes de Navarra por su belleza paisajística. Sus pequeños pueblos son un gran reclamo para los amantes del turismo rural. En estas tierras se puede disfrutar tanto de su gastronomía y de la artesanía local como de la multitud de actividades culturales, históricas, de turismo activo, ecoturismo y eventos que se ofrecen a lo largo de todo el año. Desde visitas guiadas a queserías, bodegas y salineras hasta la práctica de actividades acuáticas como vela, windsurf o piragüismo entre otras.
Las Tierras de Iranzu se ubican al oeste de Navarra, muy cerca de la capital Navarra y de Estella-Lizarra, en la Zona Media de Navarra. Delimitadas al norte por las Sierras de Urbasa y Andía, el Valle de Goñi y la zona de Sakana, al este por la Peña de Echauri y al sur por el Camino de Santiago por su paso por Lorca; las Tierras de Iranzu ofrecen un sinfín de actividades para sus visitantes.
5. Estella
Entorno a la iglesia románica de San Pedro de la Rúa, con su bello claustro pegado a la montaña, surgió el embrión de la nueva ciudad, apretada entre el río y la montaña y protegida por un imponente sistema de castillos. En muy poco tiempo surgieron otros burgos tales como el Burç Nüel (o de Curtidores), el de San Miguel o el de San Juan, ya a ambos lados del río Ega. Éste afluente del Ebro es madre (gracias a él se desarrolló una importante artesanía que derivó en muchos casos en la actual industria) y madrastra de la ciudad (por sus ciclicas riadas de finales del invierno fruto del deshielo de las sierras de Urbasa, Andía y Lóquiz). Ésta composición medieval de burgos independientes apiñados entorno al río ha dado como resultado la presencia de iglesias de gran interés, palacios, conventos, plazas de mercado, presas, puentes, curtidurías, etc. que justifican esa comparación que hacen algunos llamando a la ciudad de Estella como la «Toledo del Norte».
Lamentablemente de la judería estellesa se puede visitar apenas la muralla, pero aún se conservan numerosísimos restos arqueológicos y se visitan los barrio que ocupaban francos y judíos. Recorrer sus estrechas calles, jalonadas de casonas y palacios y llenas de peregrinos a cualquier hora del día, nos muestra el vigor histórico de esta urbe medieval que llegó a albergar un edificio románico civil (Palacio de los Reyes de Navarra, hoy sede del Museo de Gustavo de Maeztu) ejemplar rarísimo en la península.
6. Zugarramurdi
Tiene poco más de 200 habitantes, pero es universalmente conocido como el Pueblo de las Brujas. Más allá de la leyenda, se encuentra uno aquí una espléndida cueva, que más parece un gigantesco túnel con palcos, en los que las mujeres del pueblo solían reunirse en el siglo XVII mientras sus maridos pasaban meses faenando en el mar.
Treinta y una de esas mujeres fueron acusadas de brujería por la Inquisición y muchas de ellas fueron injustamente quemadas en la hoguera. La gente acude en masa ahora a esta cueva para conocer con asombro la auténtica historia de aquellas brujas que, según dicen, eran poco más que comadronas aficionadas a las hierbas curativas y que se entregaban ocasionalmente a antiguos ritos paganos de fertilidad. Uno se conmueve ante la abominable tortura y muerte de aquel puñado de inocentes aldeanas que se entretenían junto al Aquelarre, el prado en el que pastaban sus machos cabríos.
7. El Castillo de Olite
Situado en un pequeño cerro junto a la margen derecha del río Cidacos, Olite fue originalmente una fortaleza en tierras llanas. Carlos III de Navarra, que había pasado parte de su infancia allí, decidió a finales del siglo XIV construir un castillo/palacio para su mujer. También serviría después de refugio a su hija Blanca, tras quedar viuda en Sicilia, y más tarde al Príncipe de Viana, que se educó allí. Se trata del más importante edificio de arquitectura civil gótica del reino de Navarra.
Erizado de torres dispares, patios y modernas estancias, su recorrido deja a todo el mundo con la boca abierta. Si bien la mayor parte de lo que se ve es resultado de una fiel reconstrucción, las palabras de un viajero alemán que lo visitó en el siglo XV dejan bien a las claras la grandeza de lo que era: «No hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso, de tantas habitaciones doradas. Vilo muy bien. Nadie podría imaginas cuan magnífico y suntuoso es dicho palacio».
8. Las Bardenas Reales
La referencia insoslayable que todo el mundo visita es Castildetierra, una extraña formación arenisca que se conserva milagrosamente en pie, defendida por un imposible gorro de roca que la protege de la erosión. Bella, absurda y surrealista, la formación presta un sello de marca a un paraje que atrae por sus horizontes, su soledad y una rara belleza que fascina a quienes la recorren sin prisa. Cruzada de caminos y senderos que se adentran en sus cañones, es un destino ideal para quienes aman disfrutar de la naturaleza en soledad.
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